Del trasfondo de Éxodo
I. Reflexión del Viajero
Ya no hay amaneceres
pero tampoco la noche viene a vestirnos
Ni oriente ni poniente,
guardan ya ningún sentido.
Los mapas quedan viejos,
los zapatos están raídos,
los bastones tronchados,
las capas no protegen del frío,
sin rumbo ni dirección,
faltan el agua el pan y el vino.
Pero ya no es esa época,
atrás quedó el oscurantismo,
somos caminantes de las estrellas
merodeadores del espacio infinito,
nuestras alas son metálicas
y ellas nos llevaran a nuestro destino.
II. Plegaria a los Caídos
Manchados de sangre,
sangre de nuestros hijos,
de nuestra Tierra muerta,
no tenemos cobijo.
Pecadores somos,
asesinos por compromiso
segadores de vidas,
valoramos los motivos
los que ahora viven
lo hacen por los Caídos.
Vivimos en vuestro silencio,
pero no por ello nuestro olvido,
somos los que quedamos
y por vosotros persistimos
cada plegaria que elevamos
recuerda el Gran Sacrificio.
III. Reclamo de la Fuerza
El metal es nuestra tierra
las estrellas nuestro hogar,
pero el dolor y el pesar no nos quiebran
ahora somo eternos caminantes,
la esperanza de una nueva Era
recorremos las senda del Éxodo,
ni el hielo ni el fuego nos quema.
Parias del miedo y la guerra
somos las semillas de la vida
desterrados por fauces hambrientas
heraldos de iluminación
durante el retorno a una negra era
Nada nos puede, brilla en nuestro corazón
el recuerdo de nuestra Tierra
Que el pesar no nos pueda
aunque se apague el viejo Sol
aunque se conviertan en cenizas
lo que de Ella queda
seguiremos siendo Hermanos
hasta que el último de nosotros desfallezca
viajaremos hasta hallar el nuevo Hogar
o alcanzar al Otro Lado la vida eterna.
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