22
Para poder amar,
primero reconoce tu odio.
Para ser libre,
primero toca tus cadenas.
Para perdonar,
primero acepta el agravio.
Aquello que se niega
se oculta y se deja de ver,
pero no por ello
deja de estar presente.
Lo que está tapado
no se puede mirar,
lo que está guardado
no se puede tocar,
y sim embargo permanece.
Si nosotros mismos lo alejamos
pero nos lo dejamos atado
sin querer reconocer la cuerda,
cargaremos con grandes pesos toda la vida.
Acepta tu naturaleza,
la perfección es una falacia,
las expectativas deforman el mundo,
las exigencias extenúan el ánimo.
Deja de querer convertir la arena en agua,
y descubriras que vivías en un oasis.
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