Un buen momento

Hoy es un buen día para las preguntas, para preguntar sobre muchísimas cosas, porque hoy algunas respuestas pueden ser fácilmente accesibles. Cada uno que se haga las que crea convenientes, pero si me dejáis, a mi me gustaría haceros algunas;


Si siempre habéis querido un cambio ¿porque no estáis trabajando por él?

Si en las cafeterías salváis el mundo ¿porque no en una concentración?

Si os duele ver el telediario ¿porque no plantear arreglo a esos males?

Si os quejáis de la formación ¿porque no pedís una que sea mejor?

Si desconfiáis de la política ¿porque no buscáis vuestra propia forma en la política?

Si os sentís perdidos y perdidas ¿porque no buscáis orientación?

Si sabéis que os engañan ¿porque no buscáis vuestra propia explicación?


No tiene sentido plantearse una queja si uno no busca una solución, no conviene ver las cosas como un problema si uno no se plantea el arreglo. ¿Qué sentido tiene pasarse la vida sitiándose en una lucha y padeciendo solos e ignorar el momento en el que puedes encontrar gente con la que remar en la misma dirección? ¿Porque frustrarse por no ser escuchados si uno renuncia a ir a los foros donde todos hablan como iguales?


Todo tiene su momento para ocurrir y este es el momento de cosas grandes. Cosas grandes echas por nosotros y nosotras, decididas por nosotros y nosotras. Después de tantas quejas, de tanta frustración por fin se está acumulando la fuerza necesaria para que se produzca un cambio. El mundo entero se está levantando frente a la enfermedad que lo está devorando. La pasividad, las mentiras, la ambigüedad, el abuso... palabras que pueden formar parte del pasado si sumamos un empujón más para mover la piedra. Pero aún son palabras que están presentes. La cobertura de algunos medios está teniendo una intencionalidad clara, las opiniones en prensa y en radio buscan el desprestigio de un movimiento que puede terminar con la forma de ser y hacer del mundo tal y como lo conocemos. Un cambio a mejor, una reforma que ponga al ser humano y su relación con los congéneres y el entorno en una posición de respeto y convivencia, una reflexión sobre valores y formas que permitan crear una manera armónica de estar.


No hay mejor manera de despejar dudas que ver con los propios ojos y escuchar con los propios oídos. Ir a las reuniones que se están celebrando no suponen un coste de muerte, lo que si tienen es un pago en aprendizaje, en crecimiento, en conocer las cosas de primera mano, sin permitir que tertulianos radiofónicos ni convenidos políticos y presentadores medien en nuestro conocimiento sobre el mundo.


Y creo que también es necesario dar gracias a todas esas personas que hicieron de su malestar un remedio y de su espera un proyecto que cada día esta creciendo y promete traer un mundo mejor, así como todos y todas aquellas que día a día van asomándose a lo que va pasando y se suman al trabajo y a aquellos y aquellas que más pronto que tarde se sumarán, porque son los que están haciendo posible que este suceda, ya que al fin y al cabo esto no tiene más meta que el bienestar y el desarrollo de la familia que en realidad todos somos.


Un saludo y gracias, difundid esto tanto como queráis.

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