44, 45 y 46
44
Quien elige acompañarse de pensamientos tristes
tintará sus ojos de colores oscuros
y nada saciará su melancolía.
Si las penas vienen y van
¿Porque prestarles más atención de la necesaria?
Todos los huéspedes son buenos invitados
pero se vuelven prisioneros
si los obligamos a quedarse
y retener lo que debe partir
nunca da buenos resultados.
¿No es envenenarse a si mismo
dejarse clavadas las espinas?
¿No es incluso más lamentable
dejarlas para lucirlas?
¿Quien puede caminar el sendero
cuando las llagas cubren sus piernas?
¿Como se puede curar una herida
si en lugar de tratarla
se la roza y admira
empeorándola aún más?
Quién busca el aprecio por su pesar
solo obtendrá la compañía
de quienes quieren reconocimiento
por sus muestras de misericordia.
En semejante compañía
¿Quién podrá apreciar la vida
si siempre se demora
entre quejar y consuelos?
¿Como podrá tener libertad
se se ha convertido en cárcel y carcelero?
45
Grande es nuestra creatividad
para elaborarnos deficiencias
y mayor aún,
nuestro ánimo para temerlas.
Si cada ser humano es distinto
¿que utilidad tiene la comparación?
Si no nos conocemos
¿como sabremos nuestros defectos?
¿No es acaso,
compararnos a un modelo
lo que nos hace percibir defectos?
¿No es por un criterio de perfección
que creemos ver lo que es imperfecto?
¿Que bien nos puede hacer
mirar hacia afuera
y tomar una pauta ajena
en lugar de hacia dentro
y descubrir nuestra vía propia?
¿No es entonces más útil
no despreciarnos
y tomarnos como somos?
46
Es frecuente en las personas
actuar de dos maneras.
Siendo cada ser humano
como un diamante,
tendemos a ocultarnos o a lucirnos.
Al temer el desprecio y no conocernos
nos tapamos y encubrimos
no dando nuestra virtud al mundo,
mostrándonos cabizbajos y malhumorados.
Al temer ser ignorados
y tener falsa imagen
nos exhibimos y actuamos
llenándolo todo de palabras vacías
o cortando con nuestras aristas
¿No es preferible la simpleza
de dar lo que somos?
¿No es que por cavilar
y ajustarnos a las expectativas
caemos en el artificio?
Si todo diamante es hermoso,
solo necesita su propia luz para brillar.
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