La naturaleza de la Divinidad
Hablar
de la Divinidad es algo difícil y farragoso, ya que la enorme
cantidad de paradigmas que lo han intentado a lo largo de la historia
es enorme. El acercamiento, compresión, seguimiento o rechazo a ésta
a constituido uno de los pilares fundamentales de todas las culturas.
Desde enormes panteones de dioses y diosas antropomorfizados, pasando
por el monoteísmo absoluto del islamismo hasta el ateísmo actual.
Sin embargo, hay una visión de la Divinidad que me resulta más
interesante y profunda.
La
noción de Divinidad en brujería es profundamente distinta a la que
suele tener el ciudadan@ de a pie y puede llegar a ser también
divergente para quienes participan de estas creencias. La experiencia
de lo Divino se filtra en todas las capas de la realidad, adquiriendo
distintos significados según la faceta desde la que se mire. Así,
se convierte en una creencia , animista, panteísta, politeísta,
polar y monoteísta.
En
primer lugar, la naturaleza es algo vivo y todo lo que está en ella
tiene su propia esencia y espíritu. Esto es distinto a que una
piedra tenga conciencia de si misma o que le duela que la pateen. Los
elementos de un paisaje forman parte de un ente mayor por la
conexión, suma y sinergia de sus partes. Ver así el entorno obliga
a quien lo mira a contemplarlo, ya no desde la indiferencia o la
emoción estética, sino desde un profundo sentimiento de admiración
y respeto. Esta noción de "vida" de todas las cosas y la
reverencia a éstas es algo que en el shintoismo japones se capta muy
bien a través del término "kami". No obstante, el
animismo forma parte de las creencias chamánicas de multitud de
pueblos, ya sean en África, el este de Europa o en Norteamérica.
El
sentimiento de convivencia con estas fuerzas de la naturaleza se ve
magnificado por el hermanazgo de todas las cosas bajo el eterno ciclo
en el Absoluto. Todas las cosas tiene una ligazón irrompible que en
su comunión total forman el aspecto máximo, último y sagrado de la
Divinidad. Así, todo lo existente forma parte de lo más sagrado.
Junto
a esta visión del mundo entran la creencia y devoción a distintas
divinidades. Para empezar, las divinidades no son en si mismas, sino
que son el resultado de combinar la visión cultural sobre un aspecto
de la realidad con la idiosincrasia del devoto en el momento de
intentar acercarse a un "canal energético" existencial.
Éstas vías dan a lugar a la creación de multitud de dioses y
diosas, ángeles, espíritus, santos y santas que aparecen en todas
las religiones, pero que no obstante, corresponden certeramente a los
mismos patrones. Para continuar, por si mismos, estos "canales"
no tienen interés ni necesidad de inmiscuirse en la vida de nadie,
ni para premiar ni para castigar. La forma o máscara que
recibe adoración es más un modelo de orientación, virtudes y
conductas que un juez cósmico.
Siendo
estos canales diversos, terminan por agruparse en dos, el masculino y
el femenino. Quizás las etiquetas para describirlos no sean las más
afortunadas, ya que fácilmente se mezclan con la nociones de género
de masculinidad y feminidad. Podemos mirarlo desde el prisma chino
del yin-yang "El
yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y
la absorción. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz,
la actividad y la penetración". Hay que tener en cuenta que en
el taoísmo, no existe el criterio de superioridad moral para cielo o
luz, ni tampoco la división artificiosa entre materia y espíritu.
También hay que añadir que todo lo que es yin tiene su parte de
yang y viceversa. Gran parte del desarrollo personal y mágico en
brujería constituye el desarrollo equipotencial de los dos polos, se
tenga el sexo que se tenga.
Finalmente,
estos dos canales, como se puede intuir, son en realidad uno solo. La
integración del "Dios" y la "Diosa" suponen el
origen, mantenimiento, conexión y muerte de todas las cosas. En este
equilibrio innato es donde se encuentra el Absoluto, que por su
bastedad es totalmente incognoscible para la humanidad, pero que sin
embargo, al pertenecer a él nos vincula con la más alta Divinidad y
con el resto de la existencia.
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