54, Hermandad
Todo
cae por su propio peso,
el
río del tiempo
distribuye
como debe todo en sus orillas.
La
precipitación en las valoraciones
se
convierten en juicios de valor,
los
juicios de valor
dividen
en buenas y malas a las persona.
¿Si
siendo hermandad somos lo mismo,
como
pueden existir diferencia de bondad o maldad?
Porque
el miedo se alimenta a si mismo
y
convierte al resto en causantes de nuestros trastornos.
Si
en quien se dice inocente existe esta confusión
¿Cuales
no habrá en quien podríamos decir
que
su proceder es dañino?
Quién
se exime de maldad y se coloca en la bondad
se
hace miserable al ensalzarse por encima del resto
y
confuso al separarse falsamente de la hermandad.
Quien
se coloca tan alto y se compara
atrae
sobre si las críticas.
Confuso
y enfrentado no se puede perdurar
y
se verán enemigos por todos lados.
¿No
es mejor hacerse uno en la hermandad
y
aceptar los errores ajenos como parte de su camino?
¿No
es mejor no ensalzarse para no tener
que
vivir preocupado de justificarse?
Por
eso digo
que
quien contemple el fallo ajeno como propio
vivirá
en armonía y será una gran ayuda para el resto.
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