Bientratar no está de más, asín que vamos a enlistar. Parte 1

Las relaciones personales son siempre difíciles y el veneno de lo normáh siempre se mete por medio, justificando lo dañoso y complicándolo todo más de lo que podría ser necesario. Hay algunos comportamientos que indican claramente que la persona que tienes delante no te valora y que posiblemente te esté instrumentalizando para conseguir algo concreto o simplemente extraerte bienestar y evadirse. Si otra cosa le motiva a comportarse así y le interesa la relación, con más o menos esfuerzo y trabajo, tendrá interés en hablarlo y lo hará. Pero si realmente hay personas a tu alrededor que se comportan de este modo o tu misme lo haces, revísalo con atención y cariño, que tu vida y la del resto mejorará notablemente. Y recuerda, si no te ves capaz de hacerlo sole, existe la ayuda de tu entorno y la profesional, que pueden hacer las cosas mucho más fáciles si eliges con criterio. Que a veces, salta una de la sartén al cazo y acaba más escardáh de lo que empezó.

Vamos con algunos de ellos:

  1. No te prestan atención. Se entretiene con cualquier cosa mientras le hablas o compartís alguna actividad, dando muestras de no haber retenido a penas lo que le has dicho u ocurrido y no mostrando interés por completar los huecos que se le han quedado.

  2. Interés fingido por tus cosas. Aprueba e incluso celebra lo que dices, piensas o haces, pero no les presta atención por curiosidad propia o porque lo necesites, si no por no generarse una situación incómoda para si y/o sentirse partícipe de algo, aunque no le guste realmente. Solo se “apasionará” con el asunto en tu presencia y sin profundizar.

  1. Te hace tomar sus decisiones. Por no querer asumir las consecuencias de sus actos, te pedirá soluciones o las extraerá de ti sin reflexionar por si mismo. Normalmente, no te pedirá ayuda de forma directa, si no que se lamentará y pondrá pegas a lo que planteas para orientar lo que le dices o la situación a lo que de fondo realmente quiere hacer o conseguir. Habitualmente dirá que tu querías “hablar de una cosa”, en lugar de reconocer que lo ha pedido y que le has prestado ayuda, lo que conecta con el siguiente punto.

  1. Inversión desigual de esfuerzo y tiempo. No hay un reconocimiento de la inversión que haces en la persona, si no que se hará patente una y otra vez lo complicado que es para él pasar tiempo contigo o hacer según que cosas porque tiene algo mejor que hacer y lo desplaza por ti. No querrá tener una conciencia clara de lo que el tiempo y esfuerzo que has invertido ha supuesto para ti, ni disposición amable a hablarlo. Fácilmente te equiparará a cualquier otra persona a la que coloque en un rol similar y valorará más positivamente a quién le resulte mejor en ese momento, que en otro podrá ser convenientemente una persona horrible.

  1. Manipulación de los compromisos. No cumplen con ellos y, las más de las veces, te exigirán que tu si los cumplas cuando les beneficia. Las promesas realizadas se traicionan como algo frecuente e incluso considera intrascendente que se lleve a cabo su parte del trato.

  1. Te hace pensar que tus problemas se pueden dejar estar. Ya sea mediante el desprecio directo a lo que padeces, alentándote a “no pensar en ello” o diciéndote que “puedes con todo” se mantienen al margen de lo que intentas plantearle y pasa a un segundo plano o simplemente se convierte en tabú.

  2. Hace menos tu opinión, emociones y experiencia en base a dogmas y fobias. Se burlará de como vives o sientes por el placer de sentir superioridad o no sentirse en cuestión, ya sea insultándote de forma frontal o cuestionándote haciendo parecer que lo tuyo es excesivo o deficiente con comentarios casuales y ligeros. No querrá entrar en un debate argumentado sobre su posición, si no que se pondrá aún más a la defensiva y lo más habitual es que se acojan a que “solo es una opinión”, “una broma” o referenciando a la libertad.

  3. Se avergüenza de ti frente a otras personas. Sea a solas o con compañía, te hará ver de forma más o menos velada que solo por estar presente vas a resultar problemática o incomodar al resto y te pedirá que calles o disimules para no tener que afrontar un hipotético conflicto. Se basará más en “mantener la tranquilidad” y el buenagentismo que en algo realmente traumático o problemático para el resto, lo cual suele resultarle indiferente y desconocido.

  4. Genera realidades alternas en las que es constantemente héroe y/o víctima, nunca villano. Su discurso no se orienta hacia el error que sea y corregirlo, si no en colocar fuera de si la causa del mismo. Los demás aparecen en su relato de forma casual y anecdótica, todo se centra en su padecimiento o inventa que ha hecho cosas que no ha hecho para mostrar una imagen conveniente de si.

  5. Te enfrenta contra el resto de personas. Opinan negativamente del resto sutil e insistentemente, pretendiendo que compartas su opinión con más fuerza que ellos mismos, desapareciendo al generar el conflicto e incluso quejándose de que surgiera. Este punto suele vincularse con el punto 3 y 7.

  6. Te hace vivir bajo la amenaza del abandono. Te da a entender que se va a apartar de ti, ya sea mediante amenazas directas de irse o sutilmente aludiendo a su capacidad para saturarse con las cosas.


De la manipulación, como de tóh, también se sale y no hay mardáh en equivocarse, pero si en insistir por egoísmo, comodidad y dejación. Por favor, aceptemos que hay un punto en el que el miedo deja de ser una eximente y pasa a ser una mala excusa. Creo que todes queremos ser mejores y que podemos, solo tenemos que querer empezar a andar el camino y hacerlo. Hay tantas oportunidades como nos queramos dar. Ánimo con vuestros corazones, que en lo oscuro es donde más se aprende y de donde lo más bonito sale.

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